domingo, 1 de abril de 2012

Contar hasta dos...

Liliana Machicote


Los domingos son días que invitan a la nostalgia.  Por lo menos, así lo siento.  Decido ordenar mi biblioteca, con el fin de poner más libros que se encuentran dispersos por toda la casa.  Redescubro mis libros de Mario Benedetti.  Me pierdo en sus páginas y su poesía.  Me detengo en esta:


Hagamos un trato

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted

es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo


La nostalgia y el domingo traen a mis recuerdos una historia de hace muchos años.  Alguien me regaló una tarjeta, de esas que se venden en las librerías, que contenía este poema.  Ni siquiera estaba firmada.
Me enamoré profundamente de quien me regaló la tarjeta.  Quizás fue la primera vez, tal vez la única.  Decía tanto.  Imaginé que esas palabras las había hecho suyas para brindármelas.  Él nunca se enteró... o si, nunca lo sabré.
Cada vez que la releo, no puedo menos que recordar lo sucedido con una sonrisa.  A veces, según el día, hasta una lágrima impertinente se escapa.

Existirán estos amores? Se harán realmente estos tratos? Contaremos con alguien, no hasta dos, o hasta diez... si no para siempre?

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