martes, 22 de mayo de 2012



Abuela Teresa




Liliana Machicote


La hermosa mujer de la foto es mi abuela Teresa. Hace unos días fue el aniversario de su fallecimiento,  pero se que le gustaría que la recordara hoy,  22 de mayo,  que es su cumpleaños.  Soy su nieta mayor y ella es mi abuela materna.  Así,  soy y es,  en tiempo presente.   Nunca habrá verbos conjugados en tiempo pasado para nosotras.   Nos adoramos.   Ahora y siempre.
Heredé el color de sus ojos y me dio el origen italiano.   Su familia era de Génova.   Algún día voy a viajar allí en su honor.
Heredé su carácter, o al menos eso me gusta creer.  “Chinchuda” decía Teresa,  “tremendo carácter” decían otros.   Siempre estaba apurada,  como yo,  a veces para no ir a ninguna parte.  Cuando fui creciendo,  ella me apañó en aquellas situaciones que escandalizaban a mi madre.  Le divertía verme cuando me preparaba para salir los sábados por la noche.  A sus ojos, yo era una estrella de la TV.  Todo le gustaba, “eso se usa” sentenciaba cuando Alicia, su hija, mi madre,  se quejaba por algún escote o pollera demasiado corta.
Mi abuela paterna me enseñó a cocinar, y mi abuela Teresa me enseñó algo que jamás olvidaré, me enseñó a jugar a las cartas.  Pasábamos  las tardes de domingo en su casa haciéndolo,  y cada vez que veo un mazo, la recuerdo, aunque me faltan los porotos que guardaba en un cajón que tenía la mesa.  Claramente,  no es una típica abuela de esas de los cuentitos, sólo fue dos o tres años a la escuela pero tiene la sabiduría que da la vida.  Conmigo fue todo lo moderna y permisiva que no fue con sus hijas, y tenía un consejo a mano para darme, siempre y cuando yo se lo pidiera.  Aún hoy.
Mujer de campo, dura y emprendedora, independiente y mandona.  Sólo la vi llorar dos veces en mi vida, cuando murió mi abuelo y el día que me casé.   Recuerdo haberme quebrado cuando me di vuelta y la vi en el primer banco de la iglesia con su cara mojada por las lágrimas y el pañuelo en su mano.  Años después nació mi hijo, y ella orgullosa contaba dos cosas: Que era bisabuela y que su primer bisnieto se llamaba como mi abuelo.
Cumplimos años con diferencia de días y nos gustaba decir que por eso eramos las mejores. Cuando se fue, estábamos preparando nuestros cumpleaños.  Fue el día más triste de mi vida.
Me gustaría escribir muchas cosas más sobre ella.  Será otro día.  Es el día de su cumpleaños y se va a enojar mucho si me ve llorando.

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